RuneScape, cuya primera versión fue lanzada al público en el año 2001, es uno de los grandes padres del género de los MMORPG. El juego está ambientado en el vasta tierra de Gielinor, un mundo de fantasía colosal, dividido en diferentes regiones y reinos, a través del que podremos movernos con total libertad.

Uno de los puntos fuertes de RuneScape es su sistema de control, que se ha adaptado de una forma excelente al avance de los tiempos. Los jugadores podrán llevar a cabo prácticamente cualquier acción usando únicamente el ratón. Podremos interaccionar con otros jugadores, equipar nuevas armas y armaduras, personalizar a nuestro personaje, combatir contra cualquier monstruo, aceptar misiones de NPCs, etcétera: todo ello usando el ratón.

A diferencia de otros títulos similares, en RuneScape no hay una misión principal que cumplir ni un hilo conductor que nos lleve de la mano. Podremos, sencillamente, vivir con nuestro avatar virtual en un mundo enorme en el que podremos realizar todo tipo de actividades, ya sea acabar con monstruos para sacarnos unas monedas o comerciar con otros jugadores, pasando por mejorar algunas de las habilidades que podemos poner en práctica: pesca, cocina, artesanía, herrería, herbolaria o caza.

RuneScape es historia viva del género de los MMORPG. Un título colosal, que nos permitirá habitar un mundo de fantasía medieval que realmente transmite la sensación de estar vivo. Y pese a que, evidentemente, no es el juego con mejor apartado gráfico que podemos encontrar, lo cierto es que su estilo visual todavía conserva un cierto encanto único.